Julio 20, 2020

El futuro de los espacios compartidos

La conversación espontánea entorno a un café con los compañeros; esbozar ideas en una pizarra; cómodas salas de esparcimiento; notas adhesivas y pantallas digitales en amplios espacios de reunión, es la energía colectiva que hoy se extraña. Aunque estamos logrando con éxito algunos tipos de trabajo de forma remota, necesitamos el trabajo colectivo que genere nuevas ideas y resuelva problemas complejos. Falta la experiencia humana intrínseca de trabajar juntos, cara a cara, en espacios diseñados específicamente para fomentar la creatividad, la agilidad y la innovación que las organizaciones necesitan para ser realmente productivas y crecer.

Los espacios informales, compartidos, o espacios auxiliares, donde socializamos, colaboramos, nos enfocamos y mejoramos nuestra experiencia laboral eran esenciales antes de que el Covid 19 nos enviara a todos a la casa.Pero al regresar ¿desaparecerán estos espacios debido a problemas de seguridad? ¿O van a cambiar?

Según estudios de Steelcase, especialista en diseño a nivel mundial y partner en Chile de Bash Interiorismo, los empleados dicen que la razón principal por la que quieren volver a la oficina es estar con otras personas, socializar y colaborar de una manera que no es posible de forma remota. Es por eso que este modo de trabajo no desaparecerá. Pero tendrán que evolucionar ahora y en el corto plazo para cumplir con los nuevos requisitos de este nuevo lugar de trabajo.

ESTRATEGIAS DE DISEÑO

Ahora, los espacios compartidos deben girar para apoyar los protocolos de distanciamiento físico y limpieza que se requieren para crear un ambiente de trabajo más seguro. Al mismo tiempo, los espacios compartidos deben funcionar más que nunca y por eso se sugieren las siguientes estrategias de diseño para guiar resultados más efectivos:

La proximidad de persona a persona, a la tecnología y las herramientas para reunirse en espacios abiertos debe coincidir con las disposiciones de los espacios cerrados y, al mismo tiempo, acomodar a los participantes remotos. En cuanto a la Intimidad, la privacidad territorial adquiere una importancia adicional para la seguridad. Las pantallas, o agregar división, crean límites para proteger a los usuarios de personas adyacentes o flujo de tráfico directo. La postura también cobra importancia. Una variedad de tipos de asientos puede proporcionar más flexibilidad para crear una distancia mayor o menor, y permitir cambios en la geometría de los arreglos de los muebles, según sea necesario. Por otra parte, la personalidad estética de los espacios compartidos a menudo impulsa el diseño, para ayudar a establecer el tono de la marca y la cultura de una organización. Y esa conexión con la identidad es un atractivo para los empleados. La pandemia ha creado un nuevo enfoque en la limpieza para las áreas de inspiración residencial de los espacios compartidos de hoy. En cuanto al bienestar, se sugiere la introducción de la biofilia al simular el aire libre a través de paredes vivas y materiales naturales, patrones y paletas que pueden contribuir a una mejor salud y bienestar, al conectarnos con los efectos calmantes de la naturaleza.

A medida que estudiamos los nuevos problemas de crear entornos de trabajo más seguros en el mundo de Covid-19, descubrimos los siguientes desafíos principales de diseño: distanciamiento físico, esto es esfera personal de 2m en entornos estáticos y dinámicos; patrones de circulación donde las personas deben poder moverse a través de los espacios mientras mantienen su esfera personal y contexto espacial para adaptar y rediseñar espacios compartidos para resolver los patrones de distanciamiento físico y circulación. Comprender el distanciamiento y la densidad, y su relación con los patrones de circulación dentro de un contexto espacial existente, es clave para resolver las pautas de seguridad en evolución en espacios compartidos. Para esto hay 3 estrategias claves: Densidad, donde hay que reducir el número de personas por m2; cambiar la geometría de los muebles para maximizar la distancia y minimizar la orientación cara a cara y generar divisiones con pantallas o paneles para crear límites y barreras entre personas, espacios y caminos.

Estas estrategias deben usarse en combinación, junto con los principios de rendimiento, para abordar los desafíos de diseño para crear espacios compartidos donde las personas puedan reunirse de manera más segura para colaborar y socializar.

En cuanto a los espacios compartidos, creados en espacios abiertos, en lugar de espacios cerrados con paredes fijas, pueden responder más fácilmente a los desafíos de diseño al proporcionar una mayor flexibilidad para el distanciamiento físico y los patrones de circulación.

Algunos equipos de Steelcase que cumplen con estas soluciones son Steelcase Flex Markerboard Solutions, SteelcaseRoam Stand y Microsoft Surface Hub 2, Steelcase Flex Mobile Power, distribución de energía de roscas, carros móviles Steelcase Flex para almacenar suministros de limpieza y herramientas de trabajo y para transformar espacios compartidos existentes con mayor rendimiento y seguridad.

Algunas sugerencias para este nuevo desafío de diseño son integrar a los participantes remotos a través de la tecnología: equipar las salas de reuniones con tecnología de videoconferencia de última generación, más adecuada para espacios cerrados sobre abiertos para mayor privacidad acústica; diseñar con flexibilidad, integrando más asientos individuales, modularidad y piezas flexibles. También, repensar la dirección del tráfico (unidireccional versus bidireccional): colocación intencional de muebles, elementos de límite y accesorios para indicar comportamientos; y, por último, equipar espacios al aire libre.

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