Clean Beauty: la tendencia de belleza que apuesta por el medio ambiente y la piel
Detrás de la elección de productos naturales, orgánicos y veganos, hay un consumidor que exige cada vez más transparencia con respecto al origen de los ingredientes utilizados por la industria del cuidado personal y los procesos adoptados en el desarrollo de sus productos. Está claro que el consumidor continúa buscando productos cosméticos con alto rendimiento, pero un porcentaje importante de la población ya no está dispuesto a renunciar a la responsabilidad social. Buscan que sean eficientes y que causen el menor impacto posible en el medio ambiente, desde su producción hasta su uso y eliminación.
Bajo este escenario, surgió el concepto de Clean Beauty, un nombre dado a los productos cosméticos que satisfacen la demanda de los consumidores con respecto a esta responsabilidad. El término abarca la conciencia de la seguridad del producto (para el usuario y el medio ambiente), la sostenibilidad (uso de ingredientes alternativos), la ética (como vegana y sin crueldad) y la transparencia por parte de las marcas de belleza.
Sin embargo, aunque muchos ingredientes continúan siendo considerados seguros y aprobados por los organismos reguladores, clean beauty ha estado apoyando el movimiento en el que los consumidores han comenzado a evitar varios ingredientes y formulaciones cosméticas por razones como toxicidad, irritación de la piel, carcinogenicidad, impacto ambiental, entre otros: incluso si no tienen una base científica. Algunos tipos de sulfatos, siliconas volátiles, parabenos y microesferas plásticas exfoliantes, por ejemplo, cayeron en el concepto de productos restringidos.
Según Gabriela Zúñiga, responsable del mercado de Cuidado Personal de BASF Chile, las fórmulas de los productos, la naturalidad de sus ingredientes y el origen de sus materias primas marcan la diferencia. “Los consumidores que buscan productos naturales, orgánicos o veganos tienen interés en entender el origen de los ingredientes y si la producción de los cosméticos es realmente social y económicamente sustentable.”
Agrega que la compañía ha estado innovando en ingredientes que no resulten dañinos con el medio ambiente y que sean de origen natural. “Hemos estado trabajando con soluciones derivadas de Rambután, fruto que crece en Vietnam, a través de un proyecto de abastecimiento sostenible en base a este y sus subproductos cultivados orgánicamente como materia prima para activos. El Rambután es abundante en hierro, vitamina C, fibra y antioxidantes, lo que lo hace ideal para el desarrollo de productos para el cuidado personal”, recalca.
BASF entiende que este es un movimiento sin retorno, en el que el consumidor intensificará la búsqueda por encontrar ingredientes que tengan el menor o ningún cuestionamiento respecto a sus componentes. Por esta razón, la empresa invierte mucho en la búsqueda de soluciones alternativas, siendo uno de los principales desarrolladores de materias primas naturales para la industria del cuidado personal. Más que reemplazar las composiciones cuestionadas por el consumidor, BASF tiene como objetivo mejorar la performance de los productos cosméticos de sus clientes.
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