Cada 17 de mayo se conmemora el “Día Mundial de la Hipertensión Arterial” con la finalidad de promover la conciencia en la población del control preventivo de esta enfermedad por la que mueren cada año aproximadamente diez millones de personas.
La Hipertensión Arterial es una enfermedad que puede desencadenar complicaciones severas como infarto de corazón, accidente cerebrovascular, daño renal y ocular, entre otras . Sin embargo, existe una causa que la población desconoce; los trastornos del sueño.
“La hipertensión arterial se ha asociado a patologías como la apnea del sueño. El simple hecho de tener dificultad para conciliar el sueño, ya es un factor de riesgo de hipertensión y las probabilidades de desarrollar presión arterial alta pueden aumentar si la persona no tiene un patrón del sueño adecuado”, indica la Dra. Cindy Goldberg, cardióloga de Clínica Somno.
Una investigación denominada “Hipertensión resistente y apnea obstructiva del sueño”, determinó que los pacientes con apneas del sueño de moderada a severo tienen tres veces más probabilidad de tener hipertensión arterial que un paciente sano. Junto con esto, indica que quienes presentan hipertensión arterial secundaria por apnea del sueño son en un 65% mujeres y un 95% hombres.
En Chile las cifras no son alentadoras: un estudio publicado en el “Journal of Clinical Sleep Medicine”, realizado en capitales Latinoamericanas, posicionó a los chilenos como los más roncadores, con un 66,4%, y con mayor cantidad de apneas del sueño, con un 11%, siendo éstas más frecuentes en hombres. Además, la publicación estableció que una de cada cinco personas padece apnea del sueño a nivel mundial.
Los peligros de roncar
La apnea del sueño es una patología respiratoria que se caracteriza porque las personas que lo padecen, roncan habitualmente, tienen problemas respiratorios de forma repetida y somnolencia durante el día. Como consecuencia, los pacientes no descansan bien durante las horas de sueño.
Esta enfermedad se produce por un colapso total o casi total en el interior de la faringe que impide el paso de oxígeno mientras la persona duerme: “Al suceder esto, cada noche el paciente disminuye el nivel de oxígeno en la sangre, estresando así el corazón y el cerebro. Esto es muy grave porque pueden ocurrir infartos cardíacos y cerebrales, síndrome metabólico y arritmias, entre otros padecimientos. Más del 40% de los pacientes con apnea sufren hipertensión”, explica Pablo Guzmán, neurólogo especialista en sueño de la Clínica Somno.
“Existe una subvaloración de las personas que roncan. Se tiende a asociar con dormir profundamente, lo que es un error. En general, roncar es un trastorno del sueño y en muchos casos esconden casos de apnea”, añade Guzmán.
La prueba para diagnosticar este trastorno es la polisomnografía: un estudio que se realiza mientras la persona duerme midiendo el flujo respiratorio, el esfuerzo que se hace para respirar, además de analizar los niveles de oxigenación en la sangre, el funcionamiento del corazón y graficar las distintas etapas del sueño.
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