El actual escenario económico ha hecho que muchas compañías se estén apretando el cinturón a nivel mundial. De hecho, Rossana Costa, presidenta del Banco Central, reconoció que existirán complicaciones económicas durante el segundo semestre y que “hay que ser cuidadosos”.

Pese al escenario inestable que se vive en la actualidad, todas las instituciones deben seguir velando por un correcto funcionamiento interno y por cumplir con beneficios que necesiten sus colaboradores.

En el último estudio “Lo que los trabajadores quieren”, un 64% de ellos prefiere tener una semana laboral de 4 días, y un 45% escoger el horario. De acuerdo con Andrea Gamboa, Gerente de People & Culture de ManpowerGroup Chile, ambos beneficios son compatibles con la productividad: “Es importante que consideremos que la duración de las jornadas laborales no es el indicador más relevante en la productividad de un equipo. Hoy estamos avanzando en base a un modelo que se enfoca en los resultados, la satisfacción y la motivación de los colaboradores. Hay una gran cantidad de países en el mundo que han demostrado que sí se puede trabajar menos horas y aumentar la productividad”.

Sin embargo, advierte que dicho camino “debe ir de la mano con una infraestructura digital sólida que contemple la incorporación de nuevas tecnologías, que faciliten el trabajo y el compromiso de los colaboradores”, afirma.

Ahora, algo de suma importancia, y que ha estado en boga en el último tiempo producto de una pandemia que nos ha tenido en ascuas durante los últimos 3 años, es la salud mental. De acuerdo con la ejecutiva, son muchos los factores que influyen en la salud mental de los colaboradores: “en la mayoría de los casos es debido a una interacción inadecuada entre el tipo de empleo, el entorno organizativo, prácticas ineficientes de gestión y comunicación, carga de trabajo excesiva los horarios de trabajo largos o inflexibles, y la falta de cohesión del equipo”.

Así, Gamboa advierte que no se puede fomentar un bienestar mental si no se presenta la necesaria atención a señales como “ausentismo, problemas físicos, psíquicos y disminución del rendimiento y problemas de clima laboral, entre otros. Como empresas y líderes, debemos estar preparados para poder detectar estas señales en espacios continuos de feedback, reuniones de equipo, espacios de conversación y encuestas de clima”.

Para la especialista, existen 5 prácticas claves que permiten lograr el cambio necesario en los entornos de trabajo y que permitirán mejorar el clima laboral:

Reforzar la Cultura Corporativa: fortalecer el espacio que une a todos los empleados que forman parte de la compañía en torno a los mismos valores y hacia los mismos objetivos.

Ocuparse de contar con espacios físicos aptos y cómodos: el lugar de trabajo deben ser un espacio cómodo y funcional que promueva el bienestar de los empleados.

Impulsar una actividad de responsabilidad social o voluntariado, además de aportarles satisfacción personal, les ayuda a desarrollar competencias importantes como: liderazgo, trabajo en equipo, inteligencia emocional, comunicación, etc.

Reconocer y celebrar los logros de los equipos: reconocer la labor de nuestros trabajadores, constituye una de las principales fuentes de satisfacción.

Fomentar la flexibilidad y el enfoque en resultados por sobre la presencialidad. En este aspecto una de las cosas que más se pone en práctica es la equidad, ya que nivela la cancha por objetivos y no por tiempo. Es clave para garantizar condiciones equitativas entre las personas de una organización.

De acuerdo con Gamboa, las empresas en Chile pasan por alto muchas veces al grupo humano: “Que cuando se dan grandes resultados merecen ser visibilizados, potenciados y apoyados por sus jefaturas. Un líder no funciona sin su equipo, cuestión básica y fundamental, pero que no es tomada tan en cuenta. Es por eso que tenemos que estar atentos, captar señales, conversar con nuestros equipos, para ser capaces de cohesionarnos y alcanzar esos excelentes resultado”, finalizó.