Noviembre 11, 2021

Probióticos y salud: las seis cosas que debes saber

Desde siempre el ser humano ha buscado cuidarse y sentirse bien, objetivo que sin duda se ha hecho más evidente en el último tiempo en el marco de una crisis sanitaria sin precedentes. Los caminos para lograrlo son muchos: realizar actividad física, practicar meditación y evitar el estrés, son algunos de ellos.

Sin embargo, el que siempre está en la palestra es el cómo nos alimentamos, pues ciertos tipos de dieta pueden impactar favorablemente nuestro bienestar, mientras otras se relacionan de manera directa con la aparición de algunas enfermedades.  En ese escenario, un tema que se ha puesto al centro de la conversación es el poder de los probióticos que son, en palabras simples, microorganismos vivos que entregan beneficios a quien los consume. Pero ¿Qué debemos saber sobre ellos? ¿Qué tan comprobados están sus efectos positivos? ¿Dónde los encontramos? Ana Vidaurre, nutricionista de Kombuchacha certificada como especialista por el Autism Research Institute, EEUU, comparte cuatro datos centrales a considerar para entrar en este fascinante mundo.

  1. Los probióticos son claves para la salud nutricional 

Aun considerando que cada microorganismo tiene sus efectos específicos, existen efectos generales que se atribuyen a distintos probióticos. Por una parte, sintetizan vitaminas en nuestro organismo y también en los alimentos fermentados como la B1, B2, B3, B5, B6, B12 y K. Lo mismo realizan con ácidos grasos esenciales y ácidos grasos de cadena corta. Asimismo, apoyan procesos digestivos al digerir la lactosa y convertir las proteínas en aminoácidos. Adicionalmente, modulan la actividad de células que generan inflamación en intestino, llamadas citoquinas.

  1. Fortalecen nuestro sistema inmune

Los probióticos contribuyen a la inmunidad. También producen antibióticos y anti fúngicos que previenen la colonización del intestino por bacterias y hongos, y a la vez aumentan el número de células inmunitarias. Además, generan acido láctico que ayuda a mantener en equilibrio el Ph intestinal y, a la vez, protegen de xenobióticos dañinos para el ser humano como el mercurio, pesticidas, la radiación y otros contaminantes.

  1. Está clínicamente comprobado que previenen enfermedades 

Diversas investigaciones han demostrado su utilidad tanto preventiva como terapéutica, especialmente en patologías digestivas, cuadros infecciosos y cólicos infantiles. Junto con eso tienen efectos positivos en infecciones agudas del tracto respiratorio. En este sentido, Vidaurre enfatiza en que el uso terapéutico de los probióticos es específico para cada persona y su situación. Por tanto, para obtener dichos beneficios estos deben ser recomendados por un médico o profesional de la salud con estudios en microbiota que permitan definir qué y para qué se necesita.

  1. Podemos suplementarlos, pero también se encuentran de manera natural en alimentos

Existen ambas opciones: en suplementos (cápsulas) y en alimentos y bebidas. Es factible usar ambas alternativas, aunque para tratamientos y uso médico las cápsulas ofrecen la ventaja de que está bien identificado que tipo de microorganismo hay y en que concentración, lo que permite hacer un manejo más específico. Por otro lado, para personas sanas que quieran prevenir y fortalecer su organismo, los alimentos y bebidas ricas en probióticos son una gran alternativa. No obstante, es clave revisar tanto la calidad de los proveedores – sus políticas de elaboración, higiene, materias primas, recetas – para que todas esas variables se alineen a lo que se sabe que funciona y genere así patrones de microorganismos benéficos.

  1. Se encuentran en distintos alimentos

Están presentes en todos los alimentos fermentados. Prácticamente cualquier alimento puede pasar por este proceso, pero los más comunes en Chile y de efecto probiótico más demostrado son el yogurt natural fermentado (ojalá por 24hrs), kéfir de leche o yogurt de pajaritos, kéfir de agua, chucrut o repollo fermentado, kimchi, fermentado de verduras origen coreano y la  kombucha, bebida fermentada de té y azúcar.

  1. La kombucha: una gran alternativa 

Existe evidencia de que este brebaje milenario contiene cerca de 50 tipos distintos de microorganismos probióticos. Además de ello, tiene otros compuestos benéficos para la salud como antioxidantes, especialmente polifenoles que están presentes en el té (más aún en el te verde) y cuyo contenido aumenta con la fermentación. Sobre todo, cuando está hecha de té verde. A eso se suman algunas enzimas que apoyan procesos digestivos y ácidos.  Además, se trata de una bebida ligeramente dulce, agradable y versátil, que al ser vegana y sin lactosa representa una opción de efecto probiótico adecuado para personas con ese tipo de restricciones. 

Ya lo sabes, incluir probióticos en tu dieta abre la puerta a un mundo de efectos positivos. Sin embargo, Vidaurre recalca que estos no reemplazan tu microbiota actual, sino que generan buenos elementos, por ejemplo, el ácido láctico, que mejoran las condiciones locales y ayudan así a seleccionar las mejores bacterias dentro de la población. Para ello requieren trabajar en complemento con una alimentación natural rica en fibras que perpetúen y profundicen sus efectos.

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