Por Paula Rojas, directora carrera Ingeniería Civil Mecánica, Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI
Cada 23 de junio, el mundo celebra el Día Internacional de las Mujeres en Ingeniería, una fecha dedicada a reconocer y honrar las contribuciones de las mujeres en este campo tan relevante para el desarrollo de nuestros países y sociedad. Sin embargo, detrás de las celebraciones y los homenajes, persiste una realidad innegable: las mujeres seguimos siendo una minoría en la ingeniería. A nivel global, sólo alrededor del 15-20% de quienes ejercen la ingeniería son mujeres, una cifra que varía según la región y la especialidad, pero que en todos los casos revela una gran desigualdad de género.
La baja representación femenina en la ingeniería no tiene nada que ver con nuestras capacidades; es más bien el resultado de barreras históricas, culturales y educativas que han limitado el acceso y el progreso de las mujeres en este campo. Desde estereotipos de género que desalientan a las niñas a seguir carreras en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), hasta la falta de modelos a seguir y entornos laborales poco acogedores. Prácticamente todas las ingenieras que conozco han tenido que enfrentar y superar más obstáculos que sus colegas al comienzo, pero una vez que se encuentran ejerciendo, han sido muy exitosas y felices con su trabajo.
Lo más interesante y que quisiera resaltar en este día es que, a pesar de ser minoría en número, no lo somos en impacto. Hay varios ejemplos que demuestran que las mujeres ingenieras estamos marcando una diferencia significativa en el ejercicio de nuestra profesión, ejerciendo liderazgo en proyectos sostenibles, desarrollando iniciativas que promueven la inclusión y diversidad, y también estamos al frente de innovaciones que buscan no solo la eficiencia y funcionalidad, sino también reducir el impacto social y ambiental del desarrollo industrial. Desde la implementación de tecnologías de energía renovable hasta el desarrollo de infraestructuras resilientes, las ingenieras estamos demostrando que la inclusión de diversas perspectivas es esencial para el progreso saludable y el desarrollo sostenible.
Este Día Internacional de las Mujeres en Ingeniería es una gran oportunidad para mostrar la relevancia de que nuestras niñas y jóvenes desarrollen su curiosidad, talento, creatividad y potencial en una carrera que sin duda las llenará de satisfacciones. Ser ingenieras nos conduce a la realización de proyectos increíbles que mejoran y cambian nuestra sociedad. Persigan sus sueños, que nada las detenga y rompan las barreras, esta profesión vale la pena y necesitamos más ingenieras para construir un mundo mejor.
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