Además de ser fresca, es cómoda y muy práctica. A los bebés les encanta y a las mamás también porque fácilmente cambian el pañal; además se ajusta al crecimiento del niño o la niña.
Aunque no muchos lo sepan, el pilucho fue creado en los años ’50 por Opaline.
Especialmente en verano el pilucho es una prenda de vestir infaltable en el bolso del bebé, y no se lleva solo uno, sino que varios, tal como si fuera vestuario interior. Es que aparte de cubrir el pañal, resulta muy práctico a la hora de la muda: se desabotona, se levanta y ¡listo! Las piernas de los bebés quedan en completa libertad de movimiento, mucho mejor que cualquier short, lo que los hace disfrutar al máximo.
Lo cierto es que el bebé no necesita vestir nada más, si usa esta prenda fresquita, cómoda y práctica, en época de altas temperaturas como las actuales, la que puede ser blanca, celeste, rosada o estampada con bellos diseños. Además de ello, presenta otras ventajas, algunas muy funcionales. Así lo destaca Camila Peñafiel gerente de marketing corporativo de Colgram, empresa propietaria de las reconocidas marcas de vestuario y calzado infantil Colloky y Opaline, esta última creadora del pilucho de bebé”.
“El pilucho es 100% de algodón peruano, hecho con tela muy resistente, hipoalergénica, extra suave y de muy buena calidad. Es una prenda práctica, que permite hacer cambios de pañal rápidamente. Su característica principal es que crece con el bebé, ya que se adapta al tamaño de su cuerpo (la parte posterior, se puede abotonar en cualquier posición, dependiendo del tamaño del niño) En la parte trasera de las mangas tienen el mitón incorporado, con la finalidad de que el niño no se rasguñe”, agregó la ejecutiva.
Cabe destacar que esta prenda infantil ha ido evolucionando. Actualmente el pilucho evolucionó al body y vienen en distitnos colores, tipos de mangas y diseños como broches en el hombro y botones en el frente, pero en resumen, la esencia es la misma: cubrir el cuerpo del bebe y facilitar la muda.
Por los primeros lustros del 1900, los bebés en Europa usaban una especie de “camiseta” que poseía además un “calzón” que sujetaba el pañal de tela con sus botones. Sin embargo, este producto poseía fallas: los botones se rompían y los pañales se caían.
Así nació en el país hace 70 años el pilucho: una versión mejorada a lo que existía en Europa. Y esta innovación se hizo bajo la marca Opaline, cuya primera tienda se instaló en San Diego, en pleno centro de la capital, luego tuvo un gran galón de ventas en Macul. Tal fue el éxito de esta prenda confeccionada en Chile, que Opaline realizó sus primeras exportaciones a Francia, Alemania y Estados Unidos, luego a varios otros, siendo reconocida por las entidades de fomento y producción.
Este pilucho, a diferencia del comercializado en el extranjero, poseía mejores características: se le dio importancia a la suavidad y calidad. También en Opaline se fijaban que el producto final fuera prolijo y sobrio, atributos que se mantienen hasta el día de hoy.
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