Infarto en adultos jóvenes: especialistas explican que es poco frecuente y entregan recomendaciones para prevenirlo
Impacto generó la noticia del fallecimiento del reconocido periodista Claudio Iturra, quien perdió la vida a los 43 años producto de un infarto agudo al miocardio. Reconocido por su amor a los viajes, el deporte y la naturaleza, genera muchas preguntas entre las personas que no entienden cómo una persona sana como Iturra pudo haber sufrido un infarto.
El urgenciólogo y académico de Medicina de la Universidad San Sebastián Carlos Donoso señala que “es muy poco probable en la población pediátrica, pero el riesgo empieza a aumentar lentamente desde los 20 años. Es bastante poco frecuente ver un infarto en pacientes que tengan entre 20 y 30 años, pero ya el riesgo no es cero en pacientes entre los 30 y los 40 años”.
Adicionalmente, el cardiocirujano y asesor del Instituto de Políticas Públicas en salud de la Universidad San Sebastián Manuel José Irarrázabal señala que “los hombres tienen más probabilidades de sufrir un infarto que las mujeres, aunque últimamente los casos de mujeres han ido en aumento”.
Respecto a los síntomas el especialista afirma que no varía entre personas jóvenes y personas adultas.
“Básicamente el infarto, salvo que se presente inmediatamente con una arritmia, que se llama la fibrilación ventricular, en que la muerte es casi instantánea, la gran mayoría de los infartos se manifiesta inicialmente con dolor en el pecho, habitualmente gatillado por algún ejercicio previo que al generar mayor demanda de trabajo al corazón, desequilibra una situación de irrigación en algún sector del corazón que muere y eso es lo que es el infarto, pero no hay una característica específica de los infartos en las personas jóvenes”, afirma el doctor Irarrázabal.
El especialista enfatiza en que las personas deben realizarse un chequeo médico a ciertas edades; hombres a los 45 años y las mujeres a los 50 años. Sin embargo, esto varía en el caso de que la persona tenga historial familiar de infartos, especialmente en padres, abuelos, tíos o hermanos.
“Si tiene historia familiar, entonces lo mejor es hacerse un chequeo antes. Ese chequeo normalmente va a consistir en un test de esfuerzo o un estudio de Angiotac para mirar cómo está la anatomía de las arterias coronarias. También se pueden hacer estudios de radioisótopos para identificar si hay falla en las circulaciones de las arterias coronarias en algún sector”, señaló el doctor Manuel José Irarrázabal.
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