Para nadie es novedad que la pandemia de Covid-19 puso en jaque a todo el sistema. Ni siquiera los lugares públicos se salvaron porque hasta las plazas de todas las comunas tuvieron que ser clausuradas y con ellas, las ferias artesanales.
Estos espacios de comercialización de artículos hechos a mano que, por un lado, eran un lugar de recorrido obligatorio para viajeros, turistas y visitantes, y por otro, el sustento económico de miles de familias que no están en la categoría de pymes, pero que igualmente pagaban sus patentes y servicios itinerantes, fueron fuertemente perjudicados, llevando a muchos expositores literalmente a la quiebra.
Según datos de la Cámara Nacional de Comercio, las ventas presenciales en la RM durante junio experimentaron una baja real de 19,6% respecto al mes de mayo, dado el retroceso a cuarentena y las fuertes ventas online potenciadas por el cyberday los primeros días del mes, lo que también afectó las ventas físicas. Escenario poco favorable para los expositores que buscan reponerse de las grandes pérdidas sufridas durante el último año.
En este contexto de crisis y necesidad de reinvención nació FAU, la Feria Artesanal Urbana, de la mano de Marco Antonio Castro, productor de ferias artesanales, que agrupó a un conjunto de expositores nacionales y extranjeros con el objetivo de vincular la artesanía y artículos urbanos con la tendencia de adquirir productos a través del comercio electrónico. De este modo, con tan solo un clic se puede comprar un sombrero de Otavalo o un espejo tallado a mano en Cusco, a precios accesibles y hasta la comodidad de su hogar.
Castro es el director y creador de este Market Place que actualmente colabora con alrededor de 60 familias y que proyecta contar con un mínimo de 60 tiendas virtuales de aquí a un año, consolidando la venta de productos únicos y originales, tanto de Chile como del extranjero.
Lo novedoso de este proyecto es que su creador tuvo que ingeniárselas para adaptar una feria artesanal física en un market place, pues la gran interrogante era cómo hacer llegar al comprador productos que vienen desde distintos puntos de origen. “En el camino nos dimos cuenta de que muchos servicios no estaban adaptados para este tipo de negocio: el SII, correos, notarías, etc.”, explicó Castro y agregó que “todo el trámite de iniciación implicó ir creando en la marcha mecanismos que nos permitieran llegar a todo Chile con estos artículos que no se encuentran en un mall ni en Linio”.
Otro desafío importante de FAU “es el poco manejo con la tecnología de nuestros expositores, pues en su mayoría son adultos mayores, mapuches, indígenas y trabajadores artesanales que no frecuentan el mundo digital, así que hemos tenido que capacitarlos y darles las herramientas necesarias para que puedan aprovechar al máximo esta vitrina comercial y reponerse de las consecuencias de estar casi dos años sin poder vender en una feria artesanal física”.
El catálogo completo de exposiciones se encuentra en www.fauonline.cl
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