Aunque muchos lo hayan olvidado o la sienten incluso una temática lejana, re-utilizar es algo que tenemos casi en el ADN. Todos hemos reutilizado cajas de zapatos o latas para un propósito diferente al inicial, desde inventar juguetes hasta fabricar una caja de tesoros. Y si lo hemos hecho a pequeña escala, ¿por qué nos cuesta tanto hacerlo a una escala urbana?
Según análisis realizados en Europa, sólo en ese continente los residuos de construcción suponen un 34% del total producido en un año; por lo tanto, parece lógico pensar que el próximo desafío de la industria inmobiliaria y de la construcción será encontrar la fórmula para reutilizar materiales y entrar de lleno en el llamado Up-Ciclyng.
El Up-Ciclyng es un proceso en el cual los materiales o productos inútiles se transforman en otros nuevos con una utilidad distinta y de mayor valor que la inicial. Lo anterior lleva implícito una reducción en el consumo de materiales y contribuye, por extensión, a reducir el consumo de materias primas y energía necesarias para elaborar nuevos productos lo que, a su vez, contribuye a aminorar las emisiones de CO2.
Siguiendo este principio -y hablando desde el rubro de la construcción- se puede transformar, por ejemplo, el container que fue la oficina del jefe de obra en el centro de reciclaje del mismo condominio, o reutilizar recursos naturales que existían en el lugar. Este último es el caso de Inmobiliaria FG, que en su proyecto Rocas de Curamonte, en Los Ángeles, reutilizó para los jardines y senderos interiores trozos de una enorme roca que descubrieron durante las excavaciones en terreno, la que además le dio el nombre al proyecto.
“Uno de nuestros desafíos es ‘sostenibilizar’ todo el proceso constructivo. Porque creemos que la cuestión no es sólo obsesionarse por crear nuevos materiales para evitar residuos futuros, sino también hacer más sostenibles los que ya existen, y buscar la manera de reducir el problema actual”, señala Fernando Moraga, gerente zonal sur de Inmobiliaria FG.
“A lo anterior se suma una condición normativa de la ciudad de Los Ángeles que nos obliga a que las áreas verdes tengan bajo costo de mantención y cuidar el recurso agua”, agrega el ejecutivo.
En la construcción sostenible este aspecto adquiere una importancia fundamental, ya que si se construye con materiales naturales como la piedra o la madera, la idea es poder darle, en una futura restauración o demolición, una segunda oportunidad. Por ejemplo, las paredes de piedra que un día formaron parte de una bodega pueden revestir una pared interior de una vivienda, o unas viejas vigas de madera pueden transformarse en los escalones de acceso de un Club House.
En el caso de Parque Araucarias, en Chiguayante, otro proyecto de Inmobiliaria FG, está emplazado en lo que fueron las antiguas instalaciones de la fábrica textil Machasa, por lo que se tuvo especial cuidado en mantener e incorporar a sus áreas verdes públicas y privadas los distintos árboles de los jardines y parques originales de la fábrica. Además, al diseñar el Máster Plan del proyecto, “se dejó un galpón dentro del terreno destinado a equipamiento público, lugar que la municipalidad destinó para la Biblioteca Municipal, con el correspondiente reciclaje del edificio y un llamado a concurso de arquitectura para su reutilización”, finaliza Moraga.
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