Mucho se ha escrito sobre la medicina naturista o alternativa. La efectividad y uso de las plantas medicinales se transmite de generación en generación y se asocia al inicio de la industrialización de algunos medicamentos. Ejemplos hay muchos, como las propiedades antiinflamatorias de la papaya o el jengibre o el alivio a malestares estomacales de la menta, el matico o la manzanilla.

Evelyn Sánchez, Directora de Carrera de Nutrición y Dietética de Universidad de Las Américas, explica que a nivel nacional, el autoconsumo de hierbas medicinales forma parte de las diferentes prácticas que las personas realizan con fines de cuidado de su salud o prevención de enfermedades. “Se estima que el 64% de la población mundial hace uso en forma no industrializada de plantas medicinales, en diferentes formatos y modalidades, consumiendo en algunos casos las plantas o en forma de infusiones”.

Respecto al concepto de hierbas medicinales, la Organización Mundial de la Salud las define como materiales vegetales brutos, ejemplificado en hojas, flores, frutos, semillas, tallos, madera, corteza, raíces, rizomas y otras partes de las plantas, ya sean enteros, fragmentados o pulverizados, que se utilizan para la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas o mentales. Cabe destacar que la OMS establece que se requieren precauciones en su uso, pues pueden ofrecer riesgos a la salud al ser manipuladas o ingeridas de forma incorrecta o en dosis mayores a las toleradas.

Existe una gran cantidad de información en la red que asocia a ciertas plantas con beneficios específicos a la salud, sin embargo, en muchos casos, carecen de estudios o análisis químicos, clínicos y epidemiológicos que confirmen los efectos farmacológicos de las plantas y los principios activos responsables del efecto. En este contexto, uno de los beneficios promocionados es la reducción de peso asociada a la ingesta de ciertas hierbas o infusiones, lo cual, considerando la situación epidemiológica nacional con alarmantes cifras de obesidad, puede parecer muy atractivo por su gran disponibilidad y en general bajo costo.

La académica de UDLA advierte que “algunas hierbas tienen compuestos potencialmente beneficiosos, pero a su vez algunos tóxicos, asimismo en ciertos formatos que se encuentran en el mercado no se garantiza el origen inocuo, pudiendo incluso ocasionar interacciones con medicamentos de uso habitual, potenciando o reduciendo su efecto”.

Es importante destacar que ningún producto o compuesto ha demostrado por sí mismo el conseguir una reducción de peso efectiva y saludable, por lo que “se hace necesario alejarnos del concepto equivocado de un peso ideal y privilegiar la salud y el bienestar general a través de la incorporación de una dieta variada, hábitos saludables y actividad física, y no de un solo producto aislado”, señala la experta.

Incorporar infusiones variadas como hidratación, sin azucares simples añadidos, es una excelente alternativa para fomentar la ingesta de líquidos a bajo costo, sin aditivos ni preservantes innecesarios, pero no necesariamente la solución al exceso de grasa o peso.