Recientemente, tuvo lugar la cuarta reunión de la Mesa del Litio, en Salta, Argentina. En ella, el ministro de Desarrollo Productivo del vecino país, Matías Kulfas, destacó que productores de litio proyectan inversiones por más de 4.200 millones de dólares. Este número estaría posicionando eventualmente a dicha nación entre los tres primeros lugares de producción mundial de este material. Esto se suma a la ya conocida oportunidad de producción de hidrógeno verde que tiene nuestro país, y coloca al cono sur del continente americano en una oportunidad única de transformarse en un foco de generación energética mundial.
Lo que diferencia al hidrógeno verde es que se produce a partir de agua y energías renovables como la eólica o solar. Chile se encuentra, dada su geografía y clima, en un lugar único para transformarse en uno de los líderes mundiales en este tipo de energía. Además de convertirse en un pilar económico para el país, el hidrógeno verde ayudaría enormemente a que Chile sea un país, valga la redundancia, más “verde”. De hecho, según estimaciones del Ministerio de Energía, se espera que el denominado “combustible del futuro” contribuya con una reducción de emisiones de entre el 25% y 27% para el año 2050, ya que, incluso, puede llegar a ser usado como combustible. Esta cualidad lo destacaría por sobre la producción que alcanzarían los trasandinos con el litio, que es llevada a cabo a través de métodos más tradicionales.
“Creemos que el hidrógeno verde es el futuro no solo de Chile, sino que de la producción energética mundial. Dada la correcta infraestructura, se puede llegar a tener una cadena de producción completamente limpia desde producción a transporte y exportación, de inicio a fin”, comenta Víctor Opazo, CEO de Solek Chile. Esta empresa multinacional de origen checo dedicada a la generación de energía renovable, ya comenzó, junto con el Puerto de San Antonio, a desarrollar su primer proyecto de hidrógeno verde en el país, que lleva el nombre de “Proyecto H2V Puerto San Antonio”. Además de dar el puntapié inicial para esta nueva aventura energética en Chile, este contribuirá a reducir la huella de carbono en las operaciones portuarias. La energía para generar el hidrógeno provendrá del parque solar Leyda, ubicado a pocos kilómetros del puerto y tendrá una capacidad instalada de 96MWp, transformándola en el mayor parque en desarrollo de Solek hasta el momento.
La riqueza en energías renovables presentes en diferentes puntos del país, tiene la mesa servida para capitalizar en un proyecto que pudiera, eventualmente, transformarse en un nuevo cobre para Chile. Un cobre verde. Sumado a la nueva aventura con el litio en la que se está sumergiendo Argentina, pintan un cuadro donde Sudamérica y, más específicamente, su extremo sur, se conviertan en un lugar de importancia estratégica para el mundo entero. El futuro es verde y lleno de energía.
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