¿Alguna vez te has preguntado cómo es la manera correcta de guardar la carne? ¿Debe estar a una temperatura especial? ¿Se puede usar cualquier tipo de recipiente? Es normal que estas preguntas se vuelvan recurrentes durante estos días en que están limitadas las salidas, por ejemplo, al supermercado.

Erica Kowarick, nutricionista de Athena Foods, explica que se trata de un alimento que aporta gran cantidad de nutrientes al cuerpo. Tiene un alto nivel de proteínas; vitamina B, como la B12 y B9; además de minerales, como hierro y zinc. Por eso al momento de guardarla es importante tener algunas consideraciones.

Si bien en su preservación influyen varios aspectos, como tamaño, tipo de corte, formato en que se compró, entre otros; existen algunos estándares básicos para que se mantenga en buen estado.

La temperatura es unos de los factores más importantes. Si se compró fresca, al vacío o en bandeja; se debe refrigerar a una temperatura de 4°C, en un recipiente limpio, seco y hermético, de preferencia en los compartimentos inferiores del refrigerador.

La carne contiene una cantidad de agua considerable; esto la hace muy susceptible a contaminaciones bacterianas. En caso de haberla comprado en bandeja, hay que sacarla del envase, botar el líquido y guardar.

Los recipientes idóneos para guardar alimentos son los de vidrio; ya que el plástico es mucho más poroso, lo que dificulta su higienización. Además, contiene elementos químicos que en ocasiones pueden pasar a la comida.

Es importante considerar que la carne en el refrigerador debe ser consumida antes de 72 horas de haber hecho la compra. De lo contrario, es recomendable guardar en el congelador. En caso de hacer esto, a la hora de consumirla se debe descongelar durante varias horas. Nunca descongelar en el microondas o al sol. La forma correcta de hacerlo es durante, al menos, 12 horas en el refrigerador.

Tomando estas precauciones conservará su sabor y nutrientes, estando lista para cualquier tipo de preparación.