El diseño de interiores tiene un impacto directo en nuestro bienestar mental y emocional, ya que los espacios que habitamos influyen en nuestros estados de ánimo, comportamientos y en la productividad. Según la neurocientífica Eve Edelstein, cada aspecto del entorno afecta directamente en los procesos cerebrales relacionados con el estrés, la emoción y la memoria.
En un mundo donde pasamos cada vez más tiempo en espacios cerrados, es crucial entender cómo ciertos elementos del entorno pueden impactar para bien -o mal- en nuestra salud mental. “Es fundamental entender que los espacios también nos afectan de una forma positiva o negativa, y la misión está en que estos lugares no sean una amenaza para nuestros cerebros”, señala Diego Carrasco, arquitecto de la Universidad del Desarrollo con diplomado en neuroarquitectura aplicada a espacios interiores. Existen distintos factores, como la luz natural, los colores y el orden que influyen en nuestro estado de ánimo y productividad.
En primer lugar, la exposición a la luz natural mejora el estado de ánimo al aumentar la producción de serotonina, además de regular el ritmo circadiano para un mejor descanso. Para aprovechar este beneficio, se recomienda el uso de ventanas amplias, cortinas ligeras y espejos que reflejen la luz natural, distribuyéndola por todo el espacio.
Por otro lado, los colores que elegimos para nuestro hogar condicionan los estados de ánimo. Tonos fríos como el azul relajan, mientras que los cálidos como el amarillo aumentan la energía, ayudando a crear espacios funcionales y equilibrados. Es importante elegir la paleta adecuada para cada habitación según su función.
Además, mantener una conexión con la naturaleza es esencial, y podemos lograrlo utilizando materiales en el hogar que se asemejen a ella, como muebles con terminaciones de madera o revestimientos que imitan la piedra. Por ejemplo, los productos de Masisa, con sus variados diseños y texturas, buscan precisamente esa cercanía con la naturaleza, permitiendo crear ambientes que inspiran y reconectan con lo natural.
El desorden no solo cambia la apariencia de una habitación, sino que también puede aumentar los niveles de estrés. De acuerdo con el estudio ‘Journal of Environmental Psychology’, “el desorden puede disminuir la sensación de bienestar, felicidad y la seguridad que una persona obtiene de estar en sus espacios personales”.
“Crear ambientes funcionales y acogedores es esencial, especialmente ahora que buscamos espacios que nos inviten a vivir el momento. Los revestimientos mejoran la acústica y aportan calidez, ideales para diferenciar áreas en espacios de uso múltiple”, comenta Andrea Chateau, gerente de especificaciones de Masisa.
Los productos como melaminas y tableros MDF, permiten incorporar estos principios en el hogar. Con acabados que evocan la naturaleza y soluciones de almacenamiento, puedes transformar cualquier espacio en un lugar de armonía, ideal para vivir y trabajar en equilibrio.
El mobiliario es un elemento clave en la adaptación a las diferentes funciones que demanda tanto el hogar como el entorno laboral. La elección adecuada de estos elementos permite optimizar los espacios y garantizar que cada actividad cuente con las condiciones necesarias. Ya sea para el trabajo o las tareas domésticas, las exigencias varían en términos de espacio, equipamiento, iluminación e incluso acústica, factores que influyen directamente en la comodidad y productividad de quienes los utilizan.
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