Por Lucía Martínez
Gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad en Natura
Para nadie es un misterio que el siglo XXI está marcado por el calentamiento global. Y las altas temperaturas que hemos enfrentado no son un fenómeno al azar. Hace unas semanas la Organización Meteorológica Mundial (OMM) aseguró que el 2015, 2016, 2017 y 2018, son los cuatro años más calurosos desde que hay registros fiables. Peor aún, en 20 de los últimos 22 años, se han registrado récords de temperaturas.
Según el órgano dependiente de la ONU, este calentamiento del planeta es un claro signo del cambio climático asociado a las concentraciones en la atmósfera de los gases de efecto invernadero, que también está en niveles récord.
Algunos países ya han comenzado a tomar carta en el asunto. La Unión Europea anunció hace unas semanas una reducción de las emisiones contaminantes de dióxido de carbono (CO2) del 37,5% para los automóviles al año 2030 y del 31% para las furgonetas. Más allá de estas acciones globales, ¿qué podemos hacer las empresas para contribuir a mejorar este problema?
Sin duda que tenemos la obligación de colaborar con los grandes problemas de la sociedad y buscar en conjunto la solución más adecuada, aportando desde distintas áreas para lograr la disminución de emisiones a través de innovaciones en los procesos productivos.
Un ejemplo de ello es el Programa Carbono Neutro que iniciamos en Chile el año 2007 para promover una reducción continua y significativa de nuestras emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), que incluye principalmente el dióxido de carbono- desde la extracción de la materia prima hasta el destino de los envases después del consumo.
Ocho más después, sumamos el proyecto de Selva Valdiviana en la región de los Ríos, que permite la conservación de un bosque milenario y único en el mundo, considerado uno de los 35 hotspot de biodiversidad del planeta. Además, para el año 2020, esperamos reducir las emisiones en un 33%, a través de acciones como la utilización de material reciclado y plástico de origen renovable (“plástico verde”) en nuestros envases.
Todos somos parte de esta sociedad y debemos contribuir en acciones que permitan a nuestras generaciones futuras, disfrutar de lo mejor que nos entrega el plantea. Para ello, las empresas cumplimos un rol fundamental que debe ir más allá de compensar o neutralizar las emisiones, ya que ese es nuestro objetivo, ser una empresa impacto positivo y lograr acciones sustantivas y alineadas con ese futuro mejor que todos deseamos.
Necesitamos de organizaciones más comprometidas y acciones empresariales o personales más valientes para lograr mitigar el daño hasta ahora causado.
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