Por primera vez, la generación de energías renovables superó la de las más tradicionales, como el carbón, en la Unión Europea.
En los 27 países que conforman la UE, alrededor de un 40% de la electricidad fue generada a través de fuentes renovables, en comparación con un 34% que provino desde combustibles fósiles. Como resultado directo de este vuelco, las emisiones de dióxido de carbono se redujeron en un 23% en esas localidades.
En momentos de pandemia, cuarentenas en muchas ciudades del mundo y de proyecciones económicas poco favorables para prácticamente la totalidad del mundo, estos números llegan como cifras alentadoras. No solo para Europa, sino que también para otras localidades, siendo Chile una de las que más puede tomar ventaja. De hecho, estos resultados llegan casi al mismo tiempo que las palabras entregadas por el presidente Sebastián Piñera, donde entrega luces que nuestro país es fuerte en recursos renovables y energías del futuro, invitando a capitales extranjeros a invertir precisamente en energías limpias en Chile, entregándole gran importancia en la reactivación económica del territorio.
“Cada vez somos más protagonistas. Ya no lo decimos solamente nosotros, que somos parte de la industria, sino que también el mismo Gobierno reconoce las bondades que tiene nuestro país tanto en términos climáticos como geográficos, así como una industria establecida, madura, lista y preparada para recibir inversiones”, dice Víctor Opazo Carvallo, CEO de Solek Chile.
El escenario apunta a que la misión actual de las energías limpias no es tan solo la ambiciosa meta de la descarbonización total para el año 2050 en nuestro país, sino que, además, ser la punta de flecha de una recuperación económica que podría traer como resultado un Chile más verde.
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