En tiempos donde ya no es extraño ver pasillos enteros vacíos en supermercados y tiendas y la incertidumbre gana terreno, aprovechar al máximo todos los alimentos que ya están en el hogar y limitar lo más posible el desperdicio toma protagonismo. ¿A quién no le ha sobrado un pedazo de zapallo en el fondo del refrigerador que muy probablemente ha terminado en la basura? Posiblemente a todos y en más de una ocasión. Este es solo un ejemplo de la cantidad de comida que se bota. Son tiempos en donde no es posible tal lujo.
Este desperdicio no tiene por qué darse y estos alimentos podrían aprovecharse en diversas preparaciones. Es exactamente la esencia del Trash-Cooking: aprovechar al máximo todos los alimentos y disminuir la cantidad de basura. Es posible aprovechar y almacenar alimentos y preparaciones con la tecnología de la marca FoodSaver, que preserva alimentos al vacío, lo que permite alargar su vida hasta 5 veces más, sin importar que sean sólidos o líquidos al eliminar el aire y con ello los efectos del oxígeno, evitando la oxidación que este produce, preservando la frescura. Esto posibilita una disminución de los residuos, tanto de comida como de dinero, que finalmente también se van a la basura cuando botamos algo que ya no nos “sirve”. Es más, con ingredientes simples y que muchas veces están presentes en todas las cocinas y despensas, armar una comida gourmet es posible de manera rápida y simple: El siempre presente pedazo de zapallo, un corte sobrante de carne, hojas de una ensalada, ese poco de soya que sobró de un delivery, fruta que lleva días en la frutera, lo último que resta del sobre de levadura.
Por otra parte, el sellado al vacío permite alargar la vida de tus alimentos hasta 5 veces sin importar que sean líquidos o sólidos, ya que elimina el aire y con ello los efectos del oxígeno. evitando la oxidación y descomposición de los alimentos y así preservar la frescura de las verduras y frutas.
Ángeles Álamos armó dos simples, pero deliciosas y sofisticadas recetas para probar estos días más caseros, y así ayudar a evitar el desperdicio, cuidar nuestro bolsillo, al mismo tiempo que aportamos nuestro granito de arena para ayudar a nuestro planeta y sin salir de casa ¿Qué mejor?
Descubre más consejos, recetas y opciones para sumarte en reducir el desperdicio de alimentos en www.foodsaver.cl y en el instagram @foodsaver_chile.
Ángeles Álamos @lacocinadeangelesalamos
ENSALADA DE HOJAS VERDES Y PERAS AL VINO TINTO | Peras que ya nadie se comerá y un vino tinto que lleva días abierto.
Lavar las hojas y secarlas con toalla de papel absorbente. Separarlas en porciones y empacarlas en bolsas reutilizables FoodSaver. Al vacío podrán durar entre 10 y 15 días en el refrigerador.
Ingredientes 8 personas:
- Mix de hojas verdes, lechugas y rúcula
- 50 g de queso (el que tengas en casa)
- ½ taza de avellanas picadas chiquititas
- 3 peras peladas
- 1 taza de vino tinto (Si ya tienes uno abierto, mejor aún)
- 2 tazas de azúcar
- Canela, clavo de olor, pimienta
Preparación Peras al vino tinto
En una olla poner 1 taza de vino, 1 taza de agua, el azúcar, clavo de olor, pimienta y canela y llevar a ebullición.
Agregar las peras peladas y picadas y hervirlas hasta que estén cocidas, no tan blandas para que no se desarmen. La fruta debe estar blanda, pero no recocida. Dejar enfriar y reservar.
Si se quisiera, estas peras al vino tinto se podrían hacer con anticipación y almacenarse al vacío en las bolsas reutilizables FoodSaver hasta el momento de preparar la ensalada.
Preparación ensalada
Poner en una fuente el mix de hojas verdes, lechugas, rúcula, el queso y las peras al vino tinto cortadas en rebanadas muy finas. Bañar con un poco de aliño francés (mostaza antigua, vinagre balsámico, aceite de oliva, sal y pimienta) y decorar con avellanas picadas o cualquier otro fruto seco que tengas olvidado en tu despensa.
PAN DE ZAPALLO | Un trozo que está hace muchos días en tu refrigerador y que está a punto de ir a la basura
Ingredientes para 8 personas:
- 350 ml de agua tibia
- 20 ml de aceite de oliva
- 20 g de levadura fresca o 40 g de levadura seca
- 20 g de azúcar
- 660 g de harina
- Una cucharada de sal
- 1 taza de puré de zapallo horneado (unos 350 g de zapallo crudo aprox)
Preparación
Hornear el zapallo en cubos, envuelto en papel de aluminio, durante 45 minutos. Sacarlo del horno y molerlo para obtener la taza de zapallo horneado necesaria. Reservar.
Poner el agua tibia con el azúcar y la levadura hasta que se disuelvan y dejar reposar por 5 minutos.
En un bol grande mezclar la harina, con la taza de puré de zapallo, la sal y el aceite de oliva. Mezclar bien.
Agregar la mezcla anterior (de agua, azúcar y levadura) y amasar por unos 2 a 3 minutos.
Rectificar la cantidad de harina y dividir en pequeñas bolitas.
Dejar reposar por 30 minutos más, tapados por un paño, a temperatura ambiente, para que leuden.
En esta parte precongelar algunas de nuestras bolitas en una bandeja, por 2 horas dentro del congelador. Luego guardarlos sellados al vacío. Usar un rollo de plástico reutilizable de 20 cms de FoodSaver y cortarlo a la medida requerida.
Antes de hornear, pincelar los pancitos con un poco de aceite de oliva.
Meter al horno precalentado a 200º por unos 15 a 20 min o hasta que estén dorados.
Una vez listos, también se pueden guardar al vacío. Usar el rollo del mismo tamaño, de 20 cms y cortarlo de la medida requerida. Así mantiene su frescura y crocancia. Ideal comerlos tostados.
Nota: Se recomienda precongelar el pan, al menos un par de horas antes de meterlo en la bolsa reutilizable para sellado al vacío de FoodSaver, para que no se peguen entre sí y mantengan su forma.
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