Alejandro Terraza (52 años) llevaba una vida normal: jugaba fútbol y tenis de mesa, pero poco a poco fue perdiendo la vista. Lo primero que le llamó la atención fue que veía nublado y le costaba ver la pelota en movimiento. Debido a esto, en 2001, fue a un oftalmólogo y se tomó por primera vez la presión ocular. “El examen arrojó que tenía 40 y lo normal eran 9, ahí me dijeron que tenía glaucoma. En ese momento mi visión era de un 66% y ahora tengo un 30%. Sólo puedo ver la periferia, no tengo visión de frente, es como ver un espejo completamente empañado”, agregó.
En 2011 ingresó al Programa de Rehabilitación de Fundación Luz para posteriormente ser parte del programa de Capacitación e Inserción Laboral, oportunidad en que tomó el curso de masoterapia, que finalmente lo convirtieron en instructor del mismo. “La verdad es que entrar a la fundación fue fundamental en mi vida, me ayudó en muchas cosas y lo más importante fue aprender a vivir como una persona ciega. Hoy estoy muy agradecido de Fundación Luz, pues gracias a ellos llegué a ser instructor de masoterapia, me siento muy orgullo ya que he podido traspasar todos los conocimientos aprendidos durante estos años”.
Gracias a este intensivo que llevó a Alejandro a desarrollarse como profesional, siendo a su vez una persona más autónoma, hoy en día cuenta con su propia empresa de masajes llamada “MasCalma”, generando así su propia fuente de ingresos.
En el marco del Día Mundial del Glaucoma (12 de marzo), Terraza hace un llamado a que “desde jóvenes las personas deberían tomarse la presión ocular, para prevenir esta enfermedad detectándola a tiempo, y que en las consultas oftalmológicas lo incorporen como un examen regular y de bajo costo”.
En ese sentido, la encargada del Programa de Rehabilitación de Fundación Luz, Daniela Osorio, se refirió a la importancia de que las personas ciegas o baja visión, puedan rehabilitarse. “Muchas personas en nuestro país, han sufrido una de las tantas enfermedades a la visión que existen como el glaucoma, algunas de ellas no la detectaron a tiempo, quedando con daños irreversibles en su visión y lamentablemente generando una discapacidad visual. En nuestro programa de Rehabilitación de Fundación Luz, un equipo profesional capacitado en el área, otorga la atención que estas personas necesitan, ayudándolos a recuperar la funcionalidad para que logren llevar a cabo las habilidades diarias, mantenerse activos, lograr una vida independiente, y de esa forma contribuir a una mejor calidad de vida”, aseguró Osorio.
Cabe destacar que tanto el Programa de Rehabilitación como el de Capacitación e Inserción Laboral, al igual que los cursos de la fundación, son gratuitos para sus usuarios, asegurando así el acceso de la población ciega a más herramientas que potencien su inclusión.
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