Enero 9, 2025

Poner paños fríos atenúa la temperatura corporal de forma transitoria

El golpe de calor es una condición grave que se produce cuando el organismo es incapaz de regular la temperatura corporal y esta puede superar los 40 grados Celsius. Sus síntomas incluyen calor, sed, piel seca y roja, taquicardia, intenso dolor de cabeza, confusión y pérdida de conciencia.

 Claudia González, académica de la Escuela de Enfermería de Universidad de Las Américas, advierte que para refrescarse externamente las principales recomendaciones pasan por mantenerse hidratado con agua fresca y una serie de precauciones adicionales: usar calzado y ropa liviana y transpirable, permanecer en lugares frescos, evitar exponerse al sol en horarios peak, aplicar protector solar cada dos horas, realizar descansos frecuentes en lugares con sombra o ventilación si debe estar necesariamente al sol.

Y probablemente la más importante: jamás deje a niños, ancianos o mascotas al interior de vehículos con las ventanas arriba. En menos de cinco minutos, la temperatura puede crecer exponencialmente y poner su vida en inminente riesgo, advierte la especialista de UDLA.

 Ante las emergencias no hay recetas mágicas: si usted o algún cercano sufre inconvenientes, la mejor reacción es asistir de forma inmediata al servicio de salud más cercano.

 Y es que los golpes de calor son la principal causa de muerte relacionada con el clima y pueden agravar enfermedades como la diabetes, asma, trastornos mentales y enfermedades cardiovasculares, entre otras, y aumentar el riesgo de sufrir accidentes, según la Organización Mundial de la Salud. Se trata de emergencias médicas asociadas a una elevada tasa de mortalidad.

La académica Claudia González advierte que el uso de paños húmedos es una solución temporal. Sin embargo, para maximizar su efectividad, es recomendable hacerlo en zonas del cuerpo donde se encuentran los grandes vasos sanguíneos. Por ejemplo, en el cuello y frenteingle, axilas y muñecas.

 “En estas zonas, el cuerpo puede liberar calor rápidamente, ya que están cerca de grandes vasos sanguíneos o arterias, lo cual ayuda a la regulación de la temperatura corporal. Las muñecas y axilas también son puntos efectivos, al igual que la ingle. Mojar estas áreas proporciona alivio temporal, pero nunca será suficiente por sí sola”.

La especialista de UDLA sugiere que el uso de ropa fresca, como el lino o algodón, entregan confort transitorio, al igual que rociarse con agua fresca, remojar los pies en agua fría o consumir alimentos frescos.

Según la OMS, la mortalidad asociada al calor aumentó en un 85% entre 2017 y 2021. Cada año, hasta 489 mil personas podrían perder la vida, principalmente en Asia y Europa. La vulnerabilidad ante estas emergencias depende de factores fisiológicos, como la edad y el estado de salud, y de factores que aumentan la exposición, como la situación socioeconómica y laboral.

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