Por Dr. Felipe Costa E.
Vicepdte. Sociedad de Cirujanos Estéticos Reconstructivos de Chile, SoCERCh
A propósito del Día Internacional de la Mujer, como Sociedad de Cirujanos Estéticos Reconstructivos queremos relevar un tema del cual se habla muy poco y que puede tener gran impacto en la vida de una mujer: la hiperplasia mamaria, una afección médica benigna, congénita, causada por factores hormonales y hereditarios que provocan el crecimiento excesivo de las mamas. Se presenta en diferentes grados, a veces tolerable, pero muchas otras veces es prácticamente discapacitante. Además, en la mayoría de los casos, se acompaña de una asimetría en el volumen entre una mama y la otra, generando importantes trastornos físicos y psíquicos en niñas que se encuentran en plena etapa de desarrollo.
Esto último nos preocupa. En la adolescencia comienzan a definirse aspectos como la identidad, la aceptación de la imagen corporal y la sexualidad, entre otros, y es importante la percepción sobre la propia apariencia, ya que impacta en la autoestima e incide especialmente en la forma en que estas mujeres jovenes se relacionan con su entorno. Y aunque existen escasos estudios al respecto, nuestra experiencia como sociedad médica nos muestra que la hiperplasia mamaria es un tema complejo para las adolescentes que la padecen y también para sus familias, del que es necesario hacerse cargo a tiempo, antes de que comprometa su salud mental.
Cuando una adolescente no acepta el volumen y peso de sus mamas, presenta baja autoestima, insatisfacción con la imagen corporal, inseguridad y molestias físicas, limitando su vida normal. En la etapa escolar, suelen evitar la actividad física por incomodidad y fundamentalmente para evitar la exposición ante sus pares, ya que sienten temor frente a comentarios de connotación sexual que, según sus propios relatos, reciben incluso en la vía pública. Por ello terminan vistiéndose con ropa holgada para disimular el tamaño de las mamas y evitan eventos sociales, llegando -en los casos más extremos- a un aislamiento social severo.
A esto se suman los problemas físicos generados por el peso de las mamas, que puede deformar la columna y generar trastornos articulares futuros.
Como sociedad médica estamos convencidos de que, con un adecuado diagnóstico médico-quirúrgico, los exámenes preoperatorios correspondientes y un estudio psicosocial de la paciente y su grupo familiar, es conveniente intervenir lo antes posible -una vez completado el desarrollo puberal- y no esperar la edad adulta. Podemos y debemos hacernos cargo de una condición médica que, a medida de que pasa el tiempo, puede dañar fuertemente la autoestima y la salud de estas adolescentes, y ser irreparable.
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