Numerosas empresas del rubro de las energías renovables han redirigido cuantiosas cantidades de dinero de Europa a Estados Unidos. La razón principal son los generosos incentivos a las energías limpias que el gigante del norte ha implementado en el último tiempo, con el fin de atraer a la mayor cantidad de actores del área y que se instalen definitivamente en sus tierras.
De hecho, sólo en el último semestre, fabricantes y promotores mundiales de ERNC ya proyectan decenas de miles de millones de dólares en nuevas inversiones en Estados Unidos, impulsados netamente por las subvenciones americanas. La proyección se alimenta en la cifra récord de inversión mundial alcanzada por el sector en 2022, que superó el billón de dólares.
Esta situación ha desencadenado que el Viejo Continente, así como Asia, evalúen crear sus propios incentivos para las energías limpias, con el fin de, no solo retener, si no que continuar atrayendo inversión de renovables, considerando que la energía solar y eólica superaron por primera vez a los combustibles fósiles en Europa, logrando un 22%. Un elemento que incentiva esta respuesta es la oportunidad de tener mayor independencia de los combustibles rusos.
Nuestro país, en cambio, mira desde lejos como entran nuevos actores y numerosas inversiones a un rubro en el cual ya se lleva varios años avanzando fuertemente y que ya es considerado estratégico. Más aún en los últimos años, considerando los altos costos de combustibles fósiles como efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania, así como las exigentes metas que tienen los países para cumplir con los acuerdos de descarbonización.
“Desde nuestro país vemos con buenos ojos esta “competencia” por las inversiones en energías renovables. Nos pone en una buena situación, ya que tenemos el potencial, gracias a nuestras características de terreno y clima, para ser un proveedor líder de energías limpias e hidrógeno verde, si esta industria se desarrolla a los niveles que esperamos”, señala Mario Gómez, Commercial Manager de Solek.
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