Octubre 1, 2021

NESCAFÉ en Graneros: el ejemplo de un café hecho con respeto

Desde el año 2015, y cada 1 de octubre, se celebra el Día Internacional del Café, la bebida más consumida en el mundo después del agua, y uno de los productos agrícolas de mayor importancia económica a nivel global. Esta industria, que es fuente de más de 20 millones de empleos en el mundo y que avanza rápidamente hacia una agricultura sostenible, hace que diariamente se tomen aproximadamente 1.4 billones de tazas de café alrededor de todo el planeta.

Respecto al consumo de café per cápita en Chile, éste es de 10 millones de tazas al día, lo que posiciona al país como el tercer lugar de Latinoamérica, sólo tras grandes productores cafeteros como lo es Colombia y Brasil.

Es así como hace 85 años nace en la ciudad de Graneros, Región de O’Higgins, la fábrica de NESCAFÉ.  Reconocida en la zona por sus años e historia, la planta cafetera de NESTLÉ Chile se ha transformado en un símbolo de aspiración, valoración y oportunidad de desarrollo para miles de personas de la comuna que, desde muy jóvenes, han crecido con el intenso aroma a café que emana de la fábrica. Para ellos, -que crecieron y vivieron ahí su infancia-, los primeros recuerdos que tienen de su lugar de origen son la naturaleza, su vegetación y animales, los espacios verdes y la cercanía entre la comunidad. El trabajo se da principalmente en el campo, y se realiza mediante la agricultura, rigiéndose por el calendario y temporadas del año que lo permitan.

La octogenaria fábrica de NESCAFÉ, una de las más antiguas de la compañía en Chile, se ha transformado en una importante generadora de empleos en la zona ya que, de los 750 puestos de trabajo que provee, más de 500 corresponden a vecinos del lugar que se han sumado a NESTLÉ Chile, impulsando así el desarrollo social y medioambiental de Graneros.

En este contexto y a través de su propósito “La única manera de hacer el mejor café es con respeto”, NESCAFÉ ha impactado positivamente el entorno donde opera su fábrica, mejorado significativamente sus indicadores ambientales y en vías de ser una planta cero residuos. Además, se abastece de energía eléctrica que proviene 100% de fuentes renovables no convencionales y cada año ha logrado reducir su consumo de agua por producto fabricado, encaminándose hacia una mayor reducción de gases de efecto invernadero. En la misma línea, uno de los compromisos de la marca para el 2025 es que todos sus empaques y envases sean 100% de reciclables o reutilizables. De esta manera, NESCAFÉ contribuye a la comunidad de Graneros y al planeta.

Consciente de su rol en la comunidad, NESCAFÉ además dona cerca de 2.400 m3 de borra de café proveniente de sus residuos, a una empresa que elabora compost, dando la posibilidad de entregar cerca de 25 toneladas anuales que volverán a la ciudad de Graneros.

Nuestra Herencia

Jeniffer Gajardo (27) cuenta que cuando era niña, después del colegio, iba a la plaza a jugar con sus amigas en Graneros. “Sonaba el pito de la fábrica y empezaba a salir el olor a café que se esparce por todo Graneros. De pequeña tenía ganas de conocer la fábrica y trabajar ahí”, relata. Hoy, lleva dos años en el área de Sellado de Café y cuenta que cuando llegó, las personas que tenían más tiempo en la fábrica la acogieron haciéndola sentir como una más de ellos.

La planta pasó a ser parte de NESTLÉ en 1936, en un principio, con la elaboración de Leche Condensada. No fue sino hasta el año 1945 cuando se comenzó con la producción a partir de los granos tostados y molidos de los frutos de la planta, marcando un hito en la historia del café en nuestro país.

Uno de los aspectos importantes del trabajo en la fábrica son las relaciones interpersonales que se generan en su interior. En el caso de los más jóvenes y recién ingresados, se dan dinámicas de aprendizaje con los trabajadores más antiguos, relación que algunas veces se extiende fuera de la fábrica. Muchos reconocen que sus equipos terminan constituyéndose como una familia.

Paulina Muñoz (36) es ingeniera civil química y trabaja hace 10 años en NESTLÉ. Su primer acercamiento con la fábrica fue desde pequeña, cuando su familia llegó del sur y su padre a trabajar a la fábrica. Guido Muñoz (64) trabajó durante más de tres décadas en el laboratorio de NESCAFÉ, donde realizaba evaluaciones sensoriales para asegurarse que el grano cumpliera con todos los requisitos para ser incorporado en los procesos de producción. Paulina cuenta las innumerables veces que sentía llegar a su padre a la casa con ese característico aroma, y relata la experiencia de ir a las celebraciones de fin de año de la planta, donde conocía a los hijos de colaboradores de diferentes áreas y compartían en diversas actividades.

“Mi padre llegaba después de trabajar y nos contaba cómo iba su día en la fábrica. Tuve la oportunidad de conocer todos esos desafíos que nos relataba, aunque muy de afuera, hasta después que pude vivir la experiencia en vivo y en directo. Desde que entré por primera vez a la planta- cuando hice mi práctica- mi padre ha sido un mentor para mí, incluso nos tocó la oportunidad de trabajar juntos en un momento”, cuenta Paulina. “La hija manda en la casa y ahora lo manda en la pega”, relata con risa lo que sus colegas le comentaban a su padre en tono de broma.

María Eugenia González (60), trabaja como costura hace más de 40 años, y hace 26, en la fábrica de NESCAFÉ, donde confecciona bolsos reutilizables con los sacos de café que la compañía le dona para darles un nuevo uso y valor agregado. En un comienzo partió confeccionando 200 bolsas y con el paso del tiempo llegó a la cantidad de 2.000. Esto la llevó a trabajar con otra joven llegando en un momento a ser cinco en el equipo.

El resultado del trabajo de María Eugenia, así como el de Paulina Muñoz y Jeniffer Gajardo, es un ejemplo para los cientos de trabajadores y habitantes de Graneros, quienes reconocen en la fábrica un espacio de desarrollo, estabilidad y relación con la comunidad basada en el respeto por su gente y entorno.

Cada día millones de personas se levantan con un NESCAFÉ por la mañana. Para la gente de la fábrica, ver el resultado de su trabajo en supermercados o almacenes los llenan de orgullo e indican que la fábrica avanza cada día más, desarrollando a su gente, a su ciudad y a su futuro, porque la única manera de hacer el mejor café es con respeto.

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